En un jardín muy pequeño vivía un gladiolo azulado sin amigos. Un día apareció en el jardín una mariquita pequeñita. La soltó un pájaro desde el cielo. Rotermeller, que así se llamaba la mariquita, había viajado en el pico del pájaro como si fuera un avión. Al caer al jardín, se rompió una patita y el gladiolo, tan amable, le ayudó a levantarse y le cedió uno de sus pétalos para que se liara la pierna como una escayola.
Un mes después, a la mariquita le creció otra patita y Rotermeller y el gladiolo azulado fueron muy amigos hasta siempre jamás.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
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